ENFERMEDAD DE LYME

Es una infección bacteriana transmitida por la mordedura de garrapatas. Se descubrió por primera vez en 1975 en pacientes de tres comunidades de Connecticut: Old Lyme, Lyme y East Haddam.

 

 

 

 

 

 

Cómo puedo enfermarme

Las garrapatas se encuentran en el campo y en animales mamíferos como perros, gatos y ganado; de acuerdo a su etapa de crecimiento es el tamaño que alcanzan, en la etapa más temprana se llaman ninfa, son milimétricas y pueden pasar desapercibidas. Llegan al ser humano cuando se tiene contacto con animales que las tienen o al realizar actividades en áreas verdes.

Cuando una garrapata muerde puede transmitir la bacteria Borrelia burgdoferi , la cual se aloja en sus glándulas salivales y ésta es la causante de la enfermedad de Lyme. Para que se pueda transmitir la infección la garrapata se debe mantener adherida a la piel por más de 48 horas.

Manifestaciones clínicas

La enfermedad de Lyme tiene una amplia gama de manifestaciones clínicas:

  • Formas tempranas localizadas en la piel con una lesión única  en diana o tiro al blanco llamado “eritema migrans”
  • Formas diseminadas graves que afectan articulaciones (artritis), sistema nervioso (parálisis facial, debilidad muscular, alteraciones en la sensibilidad  e inflamación de las meninges, las cuales son las capas que cubren el cerebro) y cardiovascular (arritmias e inflamación del corazón).
Lyme

 

 

Cómo se diagnostica

Su diagnóstico se sospecha inicialmente cuando un paciente menciona haber estado expuesto a garrapatas y se confirma con pruebas de laboratorio: inmunoensayo y Western Blot. Es importante que un especialista realice el abordaje diagnóstico ya que las pruebas y su interpretación son complejas.

Cuando hay afección de sistema nervioso es necesario realizar otros estudios de imagen como tomografía o resonancia y en algunas ocasiones se deben realizar procedimientos invasivos como punción lumbar (obtención de líquido cefalorraquídeo mediante punción en la columna) con el fin de descartar complicaciones.

Tratamiento

El tratamiento consta de antibióticos (doxiciclina, amoxicilina, cefalosporinas) y debe  de ser administrado y controlado por un especialista en enfermedades infecciosas.

La duración es variable de acuerdo a la severidad de la infección.

Es frecuente que al término del tratamiento los pacientes persistan con algunos síntomas como dolores articulares, fatiga, dolores de cabeza y alteraciones del estado de ánimo, por eso deben de mantenerse en vigilancia para controlar estas molestias.